OPEN SCIENCE: un paradigma cargado de futuro

Mi nombre es Jorge A. Alcusón y estoy realizando el doctorado en el programa de Fusión Nuclear y Física de Plasmas del departamento de Física en la Universidad Carlos III de Madrid. Mi trabajo consiste en estudiar el transporte anómalo en reactores de fusión tipo Stellarator con quasi-simetrías. Dicho trabajo, como se entiende, es de tipo teórico y computacional.

Antes de realizar el presente curso, tenía una vaga idea acerca de lo que la Ciencia en Abierto (0.S.) podía ofrecerme a mi y a mi trabajo. Si bien es cierto que no he compartido nunca mis estudios, es algo que llevaba un tiempo planteándome y que precisamente por desconocimiento acerca de cómo hacerlo tampoco había valorado en exceso. Conocía repositorios como ArchivX, y lugares en los que publicar trabajos de acceso libre al público. Sin embargo no sabia que la comunidad científica hubiese empezado a compartir datos directamente en abierto.

En mi opinión, que el conocimiento quede atrapado y vetado a la mayoría de la gente por no disponer de una suscripción a revistas es un problema bastante grave. Máxime cuando además dichas revistas se lucran con ello sin remunerar a los propios autores. En este sentido, creo que actualmente es un modelo caduco que carece de sentido en el contexto digital en el que nos encontramos. Internet ha revolucionado la forma en que trabajamos, compartimos y colaboramos con más gente. Precisamente aquí es donde la O. S. se adapta y encaja a la perfección en el actual paradigma de comunicación en el que nos encontramos.

En concreto, creo que de mi trabajo lo más interesante sería compartir los códigos y datos que he ido generando para que otros investigadores puedan emplearlos. De este modo no tendrían que repetir complicadas y tediosas simulaciones, que se generan en super-ordenadores a los que no todo el mundo tiene acceso. He de decir que me han sorprendido gratamente las webs que se recomendaron para compartir información y trabajos de todo tipo. No obstante, creo que dichas plataformas y el sistema implantado aun deja mucho que desear. Actualmente toda la responsabilidad de la gestión y la citación de los datos recae final y únicamente en la ética de los investigadores que descargan esos datos. Si bien es cierto que en general la comunidad científica es bastante honorable y “legal” en este sentido, siempre hay casos en los que esto no es cierto. En mi opinión deberían implementarse sistemas de seguridad como por ejemplo registrar el nombre y datos de las personas que se descargan tu trabajo. Esto ayudaría no solamente a poder saber quien los emplea, también nos daría una herramienta en caso de que se publique algo con nuestros datos sin reconocerse.

Desde mi punto de vista, compartir los datos una vez han sido analizados y utilizados puede ser bastante beneficioso para la comunidad. Sin embargo, realizarlo antes como se llego a sugerir en varias ocasiones durante el curso me parece no solo una locura, sino una insensatez. En primer lugar porque todos sabemos que los datos pueden contener errores. En segundo lugar, porque te pueden pisar la idea y la publicación. Creo que compartir puede ayudar a que la ciencia avance más rápido. Sin embargo, compartir por compartir, cualquier cosa y sin ningún tipo de filtro es completamente infantil e ineficaz. Para que unos datos sean interesantes han de contrastarse primero, cerciorarse de que están bien y se corresponden con lo que pretendemos (en varias ocasiones se llego a hablar de compartir en tiempo real de adquisición de datos).

Una de las ideas del curso que más ha llamado mi atención ha sido el empleo de la O. S. con un factor determinante, diferenciador y ganador a la hora de solicitar proyectos. En concreto, uno de los principales hándicaps a los que nos enfrentamos los investigadores de carácter más teórico al solicitar un proyecto es el poder justificar un impacto directo en los mercados y la sociedad. Dicho apartado, que se encuentra actualmente en cualquier propuesta, es a veces complicado de justificar pues nuestras actividades pueden ser de carácter más académico. En este sentido la O. S. permite que nuestro trabajo llegue directamente a la sociedad y por tanto nos ayuda a que nuestros proyectos tengan las mismas posibilidades que otros.

En definitiva, #Imanopenscientistbecause en una sociedad digital donde compartir e interactuar es sencillo y necesario, la O. S. es el modelo que encaja mejor y con el que la comunidad científica avanza más rápido generando colaboraciones, maximizando la visibilidad de nuestro trabajo y haciendo llegar nuestras ideas y resultados a mucha más gente.

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